- Gigi... ábreme.- pedía entre llantos.- Lo siento, no quise gritarte... Seré bueno, lo prometo.

Pero esa noche Jimin durmió en el jardín. Pues no tenía teléfono y era tarde, no podía ir caminando a ningún lado.

Al día siguiente Yoongi lo despertó con un beso sobre su frente.

- Perdóname.- dice con una voz arrepentida.

Jimin no podía saber sí era en serio o tal vez sólo estaba mintiendo.

- Ven, vamos adentro.- Yoongi lo tomó en brazos, como sí fuera una bebé. Pero claro, era su bebé.

Una vez dentro, el lo llevó a su habitación y lo recostó sobre la cama. Jimin notó que Yoongi tenía ojeras y sus ojos estaban más rojos que nunca.

- Has llorado.- afirmó sin creerlo.

- Pues claro.- Yoongi asiente.- No pude dormir sin ti, no he dejado de llorar.- confiesa.- Por favor, no te vayas jamás.

Yoongi abraza a Jimin como sí fuera a perderlo en cualquier momento. Y es que su más grande temor era perder a Jimin, que un día el consiguiera a alguien mejor y lo dejase solo

Pero Jimin está dolido.

- Quita las estúpidas cámaras.

- Lo haré, bebé.

Jimin entiende que el que depende de el otra aquí no es el, es Yoongi, y hará que se arrepienta.

Jimin se cansó de ser estúpido.